Deporte con Moderación



Normalmente los jóvenes son físicamente más activos que los adultos: un niño sano está siempre en movimiento. Además está demostrado que los niños recuperan los esfuerzos físicos más rápidamente que los adultos.
Un estudio efectuado con niños de 4- 5 años de edad a los que se les deja jugar libremente en un día de vacaciones ha demostrado que en general los varones son físicamente activos por más de seis horas, mientras que las niñas por un tiempo de 5 horas y 28 minutos.
La frecuencia cardiaca media en reposo medida en telemetría ha sido de 95 latidos, aproximadamente, al minuto, mientras que bajo un esfuerzo físico ha llegado a 161 latidos al minuto con valores máximos de 172.
Se puede afirmar que el niño es un atleta de larga duración, porque ningún adulto puede tolerar un esfuerzo físico de la duración de seis horas al día, con valores de frecuencia cardiaca del 160% superior a la de reposo; una carga de trabajo similar, en los adultos, ha sido superada solamente por ultra-maratonianos y corredores ciclistas  de gran fondo.

En definitiva los niños pueden practicar deporte hasta que no se cansen de jugar.

La unión hace la armonía

También en los niños, como en los adultos, una actividad notoria practicada de manera continuada puede determinar una serie de adaptaciones, mejorando la eficiencia del aparato músculo-esquelético y la eficiencia cardiorrespiratoria.
Ligados a la intensidad y a la cantidad del esfuerzo de entrenamiento, que debe respetar dos principios fundamentales:

  • Multilateralidad, es decir, la necesidad de desarrollar a través del entrenamiento el conjunto de todas las capacidades motoras del niño en forma adecuada y de la manera más variada posible;
  • Polivalencia. La formación de la actividad motora en el niño debe adquirirse en diversas disciplinas deportivas, a través de ejercicios que contienen los movimientos de base de diversos deportes.