Localización de las lesiones



Saltos, giros, pasos frontales y laterales, entre toros movimientos, son los que hacen que las posibles lesiones se localicen en esta zona. Los pies, el tendón de Aquiles y la rodilla son las zonas que concentran un mayor número de posibilidades para que el deportista se lesione.

De todos modos, el riesgo de que esto ocurra no es elevado. Hay que considerar al aerobic como un deporte seguro y divertido, aunque hay que tener presente también los pequeños problemas que de vez en cuando pueden aparecer. Las partes más afectadas de nuestro cuerpo debido a estas lesiones son: la columna, la rodilla, el tobillo y el pie.

  • Columna: Es una estructura ósea que está unida por ligamentos. Entre los distintos segmentos que forman (los discos), hay unos tejidos fibrocartilaginosos con un gran porcentaje de agua que sirven para amortiguar los movimientos y golpes que ésta sufre. La región que más problemas suele tener es la lumbar, que es la que más peso soporta. La práctica de la gimnasia, en general, y el aerobic, en particular, no está exenta de problemas y lesiones en la región lumbar. Uno de los más habituales es la espondilolisis, que es una lesión acompañada generalmente por un aumento de la curvatura que muchas veces es interpretada como ciática. Las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir este problema, riesgo que crece en el embarazo. Para prevenir esta lesión es muy importante que en las clases de aeróbic los programas  cuenten con ejercicios de potenciación de la zona abdominal, de cuya fortaleza depende en buena parte la estabilidad de la zona lumbar. Los ejercicios de abdominales son una buena forma de evitar problemas de columna.
  • Rodilla: es casi un reloj en el que todas sus piezas deben funcionar a la perfección para que pueda ejercer su trabajo de forma eficaz. Cuando hay problemas de inestabilidad se pueden provocar algunas lesiones en la rótula. Esta inestabilidad suele estar ocasionada por un desequilibrio muscular en la parte interna del cuádriceps, en la cara anterior del muslo. Los ligamentos de la rodilla  pueden sufrir lesiones cuando se produce una mala alineación de toda la pierna o cuando se realiza un movimiento brusco. Los esguinces son los problemas que se pueden presentar con más frecuencia y su gravedad puede ser variable, desde un estiramiento, que no tendría muchas consecuencias, hasta una rotura completa o parcial, que no es muy habitual en una clase normal.
  • Tobillo: Los esguinces son unas de las lesiones más frecuentesLa causa que los provoca es una torcedura por un mal apoyo o una caída defectuosa tras un salto que hace que el pie sufra un giro brusco. A pesar de que el apoyo del pie tras el salto es una de las principales causas de esta lesión, la intensidad a la que se practica el ejercicio y el apoyo del pie en la realización de pasos frontales y laterales son algunas otras. Como ocurre con la rodilla, no se pueden descartar la osteocondritis.
  • Pie: Sufre los movimientos más repetitivos y traumáticos: los derivados de los saltos. Esa es una de las razones por las que pueden aparecer talalgias, que son inflamaciones de las zonas en las que se apoyan los pies. Este problema suele incomodar al deportista, pero se puede corregir con unas plantillas. Más frecuentes son las ampollas. Un calzado un poco más grande que el pie del deportista suele ser una de las causas que las invita a aparecer en el aeróbic. Otra suele ser el cambio de zapatillas. Las uñas también pueden dar problemas. Casi más importante es cómo se cortan los deportistas las uñas, un acto que se produce fuera del gimnasio y que genera más problemas que los que puede haber dentro de él. Son frecuentes las uñas encarnadas, que ocurren cuando al hacer un mal corte se dejan un pico que se acaba clavando provocando bastante dolor y una inflamación considerable.

En cualquier deporte hay que mantener una higiene perfecta de los pies y e las zapatillas para evitar el contagio de hongos. El pie de atleta es una afección dermatológica que se desarrolla en  los espacios que hay entre los dedos de los pies, que son zonas en las que una abundante sudoración hace que los hongos encuentren un espacio idóneo para vivir.